Tal y cómo os prometimos hoy damos inicio a una serie de artículos en los que os contaremos la detráshistoria de nuestros libros, es decir cómo llegaron a nosotros, cómo los pensamos, cómo los editamos y alguna anécdota que otra.
Empezamos pues con Piel de serpiente.
Corría en año 2003 cuando conocí a Maurizio Campisi, amigo de un amigo común, el periodista Salvo Anzaldi. En aquella ocasión Maurizio presentaba su libro sobre Sandino en Rivoli, su ciudad natal.
Casi diez años más tarde, paseando, le pregunté a Salvo Anzaldi si Maurizio seguía escribiendo allá en Costa Rica. Me respondió que sí. Ya entonces barruntábamos en la editorial la idea de una colección de textos que hablasen de las cosas que los periódicos olvidan, del reverso de la medalla de los grandes logros y las portadas de las revistas satinadas, en fin de una colección que diese profundidad a una información sino sesgada si superficial. Aquella respuesta fue el primer paso hacia la publicación de Piel de serpiente, que en italiano, la otra lengua de edición, se titularía Pelle di serpente.